Ficha técnica
Título: Carta de una desconocida
Autor: Stefan Zweig
Editorial: Acantilado
Formato: Bolsillo
Encuadernación: Tapa blanda
PVP: 11,00€
Año de edición: 2002
ISBN: 9788495359476
Número de páginas: 76
Género: Narrativa
Sinopsis
"Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. Tendrías que conocer
toda mi vida, que siempre fue la tuya aunque nunca lo supiste. Pero sólo tú
conocerás mi secreto, cuando esté muerta y ya no tengas que darme una respuesta;
cuando esto que ahora me sacude con escalofríos sea de verdad el final.
En el caso de que siguiera viviendo, rompería esta carta y continuaría en silencio,
igual que siempre.
Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí
su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hasta la última hora."
Opinión
Quería leer este libro desde hacía mucho tiempo, conocía esta historia y había visto la película que se hizo sobre él con Joan Fontaine como protagonista, así que sabía más o menos la historia que me iba a encontrar. Pero me he dado cuenta de que la que vio aquella película ya no es la misma que os escribe, por el camino ha ido perdiendo cosas, entre ellas algo de romanticismo.
Un famoso escritor recibe una carta de una mujer desconocida en la que le desvela su amor, oculto durante años. En esta carta, que ocupa casi la totalidad del relato, la protagonista cuenta cómo con trece años conoce de la existencia de un joven escritor vecino suyo, apuesto y libertino, de quien se enamora perdidamente antes incluso de haberlo visto siquiera. Su amor, un amor idealizado propio de una chica de su edad fácilmente impresionable, se torna enfermizo y obsesivo hasta derivar con los años en un amor resignado, sublime y desgarrador.
Mientras leía este libro pensaba: "chica, olvídate de él o díselo, dile que le quieres y que sea lo que Dios quiera". Pero no. Esta es la historia de un amor oculto y silenciado que, como esas momias permanecen intactas el ambiente protector de las pirámides milenarias, ha permanecido inquebrantable sin ver la luz, alimentado y resguardado en el corazón de la protagonista. Su amor es incondicional, sin reservas, sin recriminaciones ni pretensiones. Un amor absoluto.
Stefan Zweig, con una prosa cuidada y certera a la que no le falta ni sobra nada, se mete en el corazón de la muchacha y lo vacía con una gran ternura y humanidad. Nadie podía haber descrito mejor los sentimientos que invaden a la mujer, sus desvelos y ansiedades, sus deseos e ilusiones, su resignación y su angustia. En apenas setenta páginas Stefan Sweig nos hace un retrato de esta mujer muy humano, una historia hermosa y tremendamente triste, una gran historia de amor que nos hace reflexionar sobre lo injusto de los sentimientos y nuestra incapacidad para controlarlos, cómo nos obsesionamos y perdemos oportunidades y cómo nos conformamos con lo que nos toca vivir.
El amor profundo y descarnado que siente la protagonista es totalmente real pero apenas conoce a ese hombre, ha cruzado con él escasamente algunas frases y ya lo ama sin remedio y sin esperanza. Su pasividad me ha exasperado, no lucha por lo que quiere y eso me irrita. Por ello no puedo evitar quedarme con la sensación de tristeza al pensar cuánto sufrimiento se podía haber ahorrado. Pero, a la vez, también me queda una sensación de tranquilidad porque ese sufrimiento ha dado sentido a su vida y ha valido la pena ya que a cambio experimentó un amor intenso, puro y sublime que otros tan sólo pueden soñar.
Igual que les sucede a esas momias al contacto con el viciado aire del exterior, si su secreto hubiese visto la luz, su amor se hubiera descompuesto en pequeños pedacitos al ver que quien ella creía su príncipe azul resultaba no ser tal sino un tipo de carne y hueso, con sus virtudes y algunos defectos muy gordos que, encima, siempre se deja siempre subida la tapadera del váter. Pero, esa no sería una gran historia de amor...
El amor profundo y descarnado que siente la protagonista es totalmente real pero apenas conoce a ese hombre, ha cruzado con él escasamente algunas frases y ya lo ama sin remedio y sin esperanza. Su pasividad me ha exasperado, no lucha por lo que quiere y eso me irrita. Por ello no puedo evitar quedarme con la sensación de tristeza al pensar cuánto sufrimiento se podía haber ahorrado. Pero, a la vez, también me queda una sensación de tranquilidad porque ese sufrimiento ha dado sentido a su vida y ha valido la pena ya que a cambio experimentó un amor intenso, puro y sublime que otros tan sólo pueden soñar.
Igual que les sucede a esas momias al contacto con el viciado aire del exterior, si su secreto hubiese visto la luz, su amor se hubiera descompuesto en pequeños pedacitos al ver que quien ella creía su príncipe azul resultaba no ser tal sino un tipo de carne y hueso, con sus virtudes y algunos defectos muy gordos que, encima, siempre se deja siempre subida la tapadera del váter. Pero, esa no sería una gran historia de amor...